Domino’s Pizza surgió hace más de 60 años como concepto de pizzería familiar. Sin embargo, el éxito de su producto se disparó hasta convertir a dicha enseña en una de las pizzerías en franquicia más conocidas en todo el mundo.
Para montar una franquicia de Domino’s Pizza es necesaria una inversión aproximada de 400.000 euros en concepto de inversión inicial. Como requisito adicional establecido por la Central a la hora de hacer la selección de candidatos, dicha enseña exige que el franquiciado disponga de, al menos, un 30% de dicho importe en concepto de capital propio. Al tratarse de un proyecto con una inversión inicial exigente en términos relativos, la enseña pone a disposición del franquiciado ciertas herramientas para facilitar a éste la financiación del proyecto. Una de dichas herramientas consiste en poner a disposición de los franquiciados los acuerdos suscritos por Domino’s Pizza con diversas entidades bancarias que proporcionan condiciones de financiación atractivas y asequibles. Adicionalmente, el franquiciado deberá hacer frente a un pago único de 25.000 euros en concepto de derecho de entrada.
En cuanto al establecimiento físico en el que ubicar una unidad de Domino’s, se presentan dos opciones para el candidato. Una primera consistente en locales con una dimensión mínima de 180 m2 y ubicados a pie de calle (unidades genéricas), y una segunda consistente en locales con una dimensión más reducida (unidades localizadas en estaciones de servicio y otras).
En cuanto a la política de cobro de royalties a los franquiciados, se establece un importe del 6% sobre ventas brutas en concepto de royalty de explotación, destinado a prestar el debido soporte y apoyo permanente a los mismos. Por otro lado, se cobrará entre un 4% y un 6% en concepto de aportación al fondo de marketing, destinado a acciones de marketing y publicitarias que mejoren la imagen de Domino’s Pizza y, asimismo, den mayor notoriedad a la marca. Por último, en cuanto a la duración del contrato, se establece la misma en un total de 10 años.